Blog de la Asociación de Vecinos La Fuente del Llano


Blog de la asociación de vecinos La fuente del Llano.

La intención con la que nace este blog es la de conservar lo que aún no se perdió, la de intentar recuperar lo que ya perdimos, la de compartir lo que cada uno aprendió, la de trabajar para que lo que dejemos sea mucho más hermoso que lo que recibimos.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Archivo fotográfico de Alájar y sus aldeas

El ayuntamiento de Alájar ha sacado en la red un archivo con fotografías antiguas y modernas del pueblo, sus aldeas y sus fiestas. En el capítulo de las aldeas aparece El Collado. Es una buena idea que nosotros podríamos seguir, ya lo hablamos en una ocasión pero, como otras muchas cosas, dejamos caer en el olvido. Esta es una buena ocasión para retomarlo.
Os dejo el enlace
Archivo fotográfico de Alájar


lunes, 20 de octubre de 2014

Sábado verde

El sábado pasado echamos un ratito en el espacio que está a la entrada de la aldea. La intención era intentar
recuperar una zona que había quedado bastante desolada después de la intervención. Plantamos dos cipreses, un almuz, romero, lavanda, rosales, una hiedra y un aloe. Aunque en las fotografías no se aprecia bien la actuación esperamos que dentro de unos meses la nueva vegetación dé una hermosa bienvenida a propios y visitantes. Nuestro deseo es seguir llenado de verde este espacio.







Ventanas en la aldea del Collado












Más setas






Amanita Panterina (Muy tóxica)


Amanita phaloides (Muy tóxica)

Fotografías: Pilar Redondo


Fotografía: Antonio Benegassi


Tiempo de castañas




Fotografías: Pilar Redondo


Tiempo de setas


Boletus


Tanas


Gallipiernos


Boletus


Tana


Fotografías: Pilar Redondo

jueves, 2 de octubre de 2014

Llega el otoño

El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llama luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.

Ángel González

domingo, 11 de mayo de 2014

Torta de los Ángeles

Ingredientes:
-          1Kg de manteca
-          1 Kg de azúcar (reservar un poco para el final)
-          2 Kg de harina.
-          Una cucharada de clavo
-          Una rama de canela (la molemos)
-          6 huevos (se separan cuatro claras para decorar)
-          Una copa de aguardiente

Elaboración:
Mezclamos todos los ingredientes, excepto la harina y lo que hemos reservado.
Añadimos la harina poco a poco a la vez que la vamos amasando (la masa debe quedar tierna).
Precalentamos el horno 200ºC.
Hacemos bolitas y las aplastamos con el pulpejo de la mano para que quede una concavidad alargada.
Batimos las 4 claras a punto de nieve- Cogemos un poco con el tenedor y lo ponemos encima.
Espolvoreamos con el azúcar que habíamos reservado.
Metemos en el horno a 200ºC hasta que cojan color.


(Fuente: XXIX Jornadas del Patrimonio de la Comarca de la Sierra)

Cruces de mayo en Huelva (II)

“En las cruces de mayo de la provincia de Huelva observamos actos diversos dependiendo de cada localidad, muchos de ellos relacionados con la decoración y el exorno de las cruces, con el contacto con la naturaleza, con la exaltación de la mujer, con propiciar el cortejo e interacción hombre-mujer, o bien actos de carácter religioso. Los escenarios donde transcurre el ritual oscilan desde lo exclusivamente urbano (como en Alosno) a traslados entre lo urbano y el entorno rural circundante. En algunos lugares, la fiesta se desarrolla en las calles de la localidad sin ninguna extensión fuera del núcleo urbano, o con salidas más simbólicas que reales para "cortar el romero". Sin embargo, en otros muchos casos, como en Almonaster y Berrocal, la fiesta incluye desplazamiento fuera del área urbana, convivencia en el campo y alguna actividad que conlleve un acercamiento a la naturaleza, como la "corta del romero", la "traída de la chubarba" o la "corta de pinos". En Berrocal también es especialmente significativo el protagonismo de las mulas con actos como la exaltación de "las bestias", mientras que en Villalba del Alcor destacan los "toros de cuerda". No obstante, caballos, bueyes y mulas suelen estar presentes de un modo u otro en casi todas las cruces de mayo.
En Bonares predominan los actos en el contexto urbano aunque desde hace algunos años realizan el denominado "romerito", a modo de romería en el campo. En La Palma y Paterna también encontramos "romerito", pero posee más características de un desfile urbano con caballería y carrozas. En todos los casos se observa un deambular de gentes de un lado a otro de la localidad: recoger y acompañar a los mayordomos (Almonaster), recoger y acompañar al mozo/a de la bandera y las "bestias" (Berrocal), recoger y acompañar a los padrinos y las cruces (Bonares), recorrer las "colás" o cruces en "reunión" (Alosno), integrar o acompañar a los desfiles por las calle del pueblo (La Palma y Paterna). Según los casos, los actos religiosos varían desde su total ausencia hasta adquirir un importante peso festivo con misas, rosarios, procesiones, etc., en parte dependiendo de las formas organizativas que en cada lugar se hayan establecido, si hermandades o agrupaciones informales.
Aunque el elemento central y que da nombre a la fiesta sea un símbolo netamente religioso, la cruz, la intervención del clero en la toma de decisiones es escasa o nula. Los mismos convecinos del pueblo actúan como agentes organizadores del ritual festivo, lo cual se concreta en, al menos, dos formas de organización: un asociacionismo de carácter formal, tipo hermandades y asociaciones culturales; y un asociacionismo informal, mediante el agrupamiento vecinal y parental. Para configurar el marco asociativo se utilizan diversas estrategias de agrupamiento que corresponden a distintos niveles de institucionalización del ritual. El nivel más primario es el agrupamiento informal y temporal de vecinos y parientes, para montar y adornar la cruz y organizar las celebraciones, de manera que el agrupamiento se disuelve una vez pasada la fiesta. Este agrupamiento temporal y no formalizado suele ser más frecuente en las cruces de mayo sin capillas permanentes o cuyas capillas están cerradas sin ninguna o muy poca actividad en el resto del año. A veces, la organización se fundamenta en la participación activa de muy pocas personas, con un importante protagonismo de la mujer en los preparativos y decoración de las cruces. En el lado opuesto está la configuración de asociaciones formalmente establecidas con organigrama, estatutos, criterios de pertenencias, etc., como las hermandades canónicamente erigidas. No obstante, el grado de institucionalización de estas entidades puede fluctuar desde el cumplimiento estricto del régimen de funcionamiento establecido, incluyendo la regulación de actividades relacionadas con el ritual festivo, al mero reconocimiento del Obispado o del Ministerio del Interior siendo muy flexible y espontáneo el funcionamiento cotidiano del grupo. Algunas agrupaciones aún funcionando de manera informal, están registradas como hermandades o asociaciones culturales para disponer de respaldo institucional y beneficiarse de las ventajas que puedan obtener al ser declaradas de utilidad pública.
En paralelo a los agentes organizadores del ritual festivo, juntas de gobierno y directivas de hermandades o asociaciones, se distinguen algunas personas como protagonistas de la fiesta con cargos y títulos de carácter temporal que implican cierto prestigio social, ocupando un lugar preferente en el escenario festivo. Las más destacadas protagonistas de las cruces de mayo son las mujeres, fundamentalmente jóvenes, así como la pareja hombre-mujer, siendo los criterios de género y edad un marcador relevante del ritual. Acorde con los significados simbólicos de las cruces de mayo referidos anteriormente (eclosión de la primavera, fertilidad, exaltación de la naturaleza, floración, etc.), la mujer adquiere un protagonismo generalizado mediante la concesión de determinados títulos que adoptan distintas denominaciones según las localidades: "reinas", "damas de honor", "romeras"… a veces seguido de su pareja masculina: mayordoma/mayordomo, moza/mozo, hermana mayor/hermano mayor, madrina/padrino, diputadas/diputados.
En principio, podríamos suponer que estas jóvenes acceden a estos cargos por su belleza y cualidades vinculadas al atractivo femenino, es por ello que se convierten en el centro de atención y admiración. Pero en realidad, cada año, la selección no se realiza según criterios de competencia, eligiendo la más bella y cualificada, sino por orden según se hayan apuntando en un listado, o bien por sorteo, siendo la edad el único requisito a tener en cuenta, y en algunos casos también la soltería. En ocasiones, se duplican los cargos distinguiendo entre la joven adulta e infantil (reina infantil, romera infantil, etc.), incluso algunas secuencias rituales se repiten con los niños como protagonistas, lo que implica asegurar la trasmisión de la tradición a las siguientes generaciones y afianzar los valores asociados al ritual festivo. Frente al prestigio social que conlleva, el título de reina, moza, romera, etc. ocasiona importantes gastos, sobre todo en indumentaria, ya que el ritual exige distintos tipos de traje dependiendo de la ocasión: de reina, de noche, de gala, de flamenca, de serrana, de blanco, de mantilla… según los casos. La admiración aumenta en tanto mayor es la originalidad y lujo de estos trajes. Asimismo son ellas quienes portan los símbolos rituales dominantes (banderas, estandartes, varas), junto con sus parejas masculinas, compartiendo actos de entregas y recogidas.
Con indumentaria incluida, las cruces de mayo se destacan por una extraordinaria recreación ornamental y estética, que proporciona al conjunto escénico gran riqueza y colorido. Cada hermandad o agrupación procura resaltar su cruz sobre "la otra" o el resto, realzando estéticamente todos los componentes de la fiesta, la mayoría confeccionados y elaborados de manera artesanal y por los propios miembros de la cruz. Así, la creatividad resulta un rasgo definitorio de estas fiestas: las gentes, sin ser especialistas ni técnicos, inventan y crean los principales elementos necesarios para la fiesta con especial énfasis en la decoración de las cruces, las capillas, los escenarios del ritual o las carrozas de los "romeritos". Esto reafirmar su carácter popular ya que la gente necesita muy pocos objetos para organizar una cruz de mayo, y lo poco que necesita puede ser conseguido y elaborado por ellos mismos, pudiendo permanecer al margen de enseres, tallas e inmuebles de la Iglesia. No obstante, con el tiempo y el aumento de las posibilidades económicas, muchos de estos elementos, en principio de creación doméstica, han sido sustituidos por otros comprados y realizados por especialistas, orfebres y bordadores.
La creatividad en la recreación ornamental hace que se produzca una enorme profusión estética y diversidad de formas entre los elementos que integran las fiestas de las cruces de la provincia de Huelva. Esta diversidad se constata en las propias cruces o maderos, sobre las encontramos una amplia variedad, tanto en los materiales que la componen como en formas que adquieren. Hay cruces que constituyen parte del mobiliario urbano, cruces de hierro forjado, de madera policromada, de madera revestida en tela, de orfebrería en plata, de flores y ramas, "cruces ramificadas" y "cruces arbóreas" hechas con pequeñas flores y hojas plateadas y doradas. Sin embargo, algunos exornos y detalles de las cruces suelen ser similares. El "sagrado madero", sin la imagen de Cristo, siempre ocupa un lugar central de la estancia y suelen ser el único elemento religioso visible. Frecuentemente incluyen símbolos tales como el "INRI", las siglas "J.H.S.", signos de la Pasión, angelitos, uvas, cálices, el Sagrado Corazón, flores y ramas. También se adornan con potencias, sudarios (de distintos tipos), lazos, joyas, relicarios, cadenas, incrustaciones de perlas, piedras preciosas, espejos, etc.; rodeadas de orlas en forma de corazón o círculo con flores y ramas.


(Fuente: Rituales festivos y confrontación social. Cruces de mayo de la provincia de Huelva, por Celeste Jiménez de Madariaga)

viernes, 9 de mayo de 2014

Cruces de mayo en Huelva (I)



“Las cruces de mayo es una celebración festiva bastante extendida y generalizada en la órbita cristiana, si bien adquiere gran diversidad en las formas en que se manifiesta, siendo esa diversidad expresiva una de sus más valiosas características. En general, podríamos definir este ritual festivo como un acto público de devoción a la cruz, aunque las muestras de devoción varían: desde lugares donde la celebración festiva incluye actos religiosos propios de la liturgia cristiana (misas solemnes, rosarios, procesiones, etc.), a otros lugares donde sencillamente se venera a la cruz ornamentándola no realizando ninguna otra práctica religiosa. Asimismo, la vinculación con la Iglesia de los organizadores y protagonistas de la fiesta varía según se configuren en hermandades canónicamente erigidas con actuaciones más o menos dependientes de sus sedes eclesiásticas, o bien sean grupos informales creados para el ritual festivo con ninguno o escasos actos religiosos y, consecuentemente, actuando con independencia de la Iglesia. Así pues, aún cuando en principio consideremos las cruces de mayo un ritual festivo de carácter religioso, las variaciones existentes nos hace matizar esa interpretación y tener en cuenta sus posibles orígenes.
En todo caso, siempre encontramos un elemento común en todas las fiestas: la presencia de la "santa cruz" en la escena ritual, y siempre se trata de la cruz sin la imagen de Cristo, nunca de un crucifijo. Este hecho enlaza con algunas explicaciones que se han dado sobre sus orígenes. Según J. Caro Baroja, en época precristiana estaba muy extendido el culto al árbol y fiestas en honor a divinidades relacionadas con la exaltación de la naturaleza y las cosechas, tales como la diosa romana Maia, de quien, para algunos, el mes adquiere su nombre. Este parece ser el germen de dos prácticas rituales festivas. Una de ellas es la colocación de un gran árbol, palo o mástil denominado "mayo" en una plaza o lugar central público, decorado con cintas y flores, en torno al que se baila, y utilizado a veces como cucaña y juego amatorio, cuando los jóvenes entregan a sus enamoradas las prendas conseguidas al lograr subir a lo más alto del palo. La otra práctica es el ceremonial de las "mayas", muchachas elegidas por su belleza, ataviadas con indumentaria exuberante en ocasiones entronada en un altar de manera mayestática. M. García Fernández (2004: 32) cita un texto de Modesto Lafuente de 1846, en el que se habla de las fiestas de las cruces en Madrid, haciendo referencia a las "mayas" y censurando la proliferación de "altarcillos improvisados, erigidos por profanas sacerdotisas". Con la cristianización, se deduce que el árbol-mayo es sustituido por la cruz, símbolo del cristianismo, al igual que la "maya" se aleja de consideraciones paganas para ser una moza o reina que rende culto a la cruz.
La cruz como objeto de devoción se remonta al supuesto hallazgo en el año 326 por santa Elena, madre del emperador Constantino, de la "verdadera cruz" (vera cruz) en la que fue crucificado Jesucristo. En el año 654, Recesvinto promulgaba la Lex romana visigothorum (que renovara Ervigio en 681), donde ya se hace mención a la festividad de la cruz destacándola como una de las más solemnes del año eclesiástico. Quizá el testimonio más antiguo que se conoce en España lo encontramos en el Leccionario de Silos, fechado en torno al año 650, donde se señala el dies sanctae Crucis. El culto a la cruz fue difundido por los franciscanos en Europa desde tiempos bajo medievales y dio lugar a la creación de rituales específicos, al tiempo que surgieron hermandades de la vera cruz, que se encuentran entre las más antiguas (Rodríguez Becerra 2004: 58). La fiesta litúrgica de la "Invención de la santa Cruz" se ha celebrado en el día de 3 de mayo, desde al menos el siglo VII que la fijara el Fuero juzgo, según la tradición cristiana. Pero esta fiesta fue suprimida del calendario litúrgico en la reforma llevada a cabo por Juan XXIII. En cambio, se mantiene la fiesta de la "Exaltación de la santa Cruz" emplazada el 14 de septiembre, mediante la que se conmemora la recuperación de la reliquia de la cruz por el emperador Heraclio, tras el saqueo de Jerusalén por los persas a principios del siglo VII; la iglesia católica aclama esta fiesta como la del "Triunfo de la santa Cruz".
A pesar de su ausencia en el calendario litúrgico, el día 3 de mayo se sigue celebrando en muchos lugares como el "día de la cruz", haciéndose extensible a todo el mes. El carácter popular y festero de las cruces de mayo contrasta con la celebración más ceremonial, institucionalizada y puramente eclesiástica de septiembre. En el mes de mayo, es el mismo pueblo quien mantiene y organiza fiestas en torno a la cruz, cargadas de espontaneidad, entremezclando elementos sagrados y profanos, y conservando sus connotaciones de exaltación de la naturaleza, la floración, la renovación de la vida, la fertilidad y el amor. En muchos casos, estas connotaciones fueron censuradas por la Iglesia que quedaba al margen de los actos celebrados. La falta de control por las instituciones religiosas y políticas, y el casi exclusivo protagonismo del pueblo ha supuesto, entre otras cuestiones, dos consecuencias: las significativas variaciones que se dan de unos lugares a otros, y la falta de documentación sobre estas fiestas que en poco interesaba a la historiografía oficial, salvo por la constancia de críticas e intentos de prohibiciones. Aún sin suficientes datos históricos que acrediten sus orígenes y antigüedad, parece que la celebración popular de la cruz de mayo, tal como hoy la conocemos, alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX, aunque este vacío documental haga plantearnos la posibilidad de que este ritual festivo existiera desde antes. Difícilmente podemos constatar, también, sus posibles derivaciones de la antigua veneración a la vera cruz y de las corporaciones piadosas y penitenciales que entorno a ésta surgieron. Lo que está claro es que constituyen dos formas de expresión de religiosidad distintas e incluso opuestas: la cruz como símbolo penitencial y de muerte, es tratada como símbolo de salvación y vida en las cruces de mayo.
Aún con dificultades para determinar los orígenes en el tiempo de las cruces de mayo, en Andalucía éstas sobresalen por ser una celebración festiva muy extendida por gran parte del territorio andaluz, con destacados ejemplos tanto en pequeñas localidades como en grandes enclaves urbanos: Lebrija, Córdoba, Granada, Puente Genil, Añora, etc. Dependiendo del criterio que tomemos como referencia, podríamos apuntar posibles tipologías tal y como señalan algunos autores que han tratado estos rituales festivos (Rodríguez Becerra, Agudo Torrico). Si atendemos a los modos de organización, podemos distinguir entre fiestas donde se acentúa el carácter informal con especial protagonismo de las mujeres, y fiestas articuladas entorno a hermandades y cofradías. También, en este sentido, se distinguen las cruces de mayo protagonizadas por niños. Al tomar como referencia los espacios donde se focaliza la celebración, podemos distinguir entre las cruces que se instalan en estancias del interior de las casas y patios, las cruces que se emplazan en espacios públicos como calles y plazas, y las cruces ubicadas en capillas.
Pero si las cruces de mayo han sido y son rituales festivos de larga trayectoria histórica y de considerable presencia en el territorio español y andaluz, en el caso de la provincia de Huelva adquieren una importancia particular, y esta importancia deriva de múltiples razones: su generalidad, su amplia y abundante extensión territorial, su singularidad, la riqueza de contenidos y elementos, la tradición histórica, su popularidad y la relevancia de sus significados simbólicos. Su interés alcanza el punto de ser consideradas un bien de carácter etnológico de la provincia de Huelva y ser tenidas en cuenta para incluirse en el Catálogo general del patrimonio histórico andaluz. De hecho, en el año 2001, la delegación provincial de Cultura de Huelva inició el proceso para proponer su inscripción, un proceso que los avatares políticos lo han dejado estancado en el tiempo.


(Fuente: Rituales festivos y confrontación social. Cruces de mayo de la provincia de Huelva, por Celeste Jiménez de Madariaga)

lunes, 21 de abril de 2014

La cultura del agua en la Sierra, una seña de identidad con personalidad propia





 
La vida de los serranos ha tenido en el agua un elemento de crucial importancia a nivel económico, cultural y social, como lo simbolizan lugares tan emblemáticos como sus fuentes, lavaderos o abrevaderos, pero también sus fiestas y la forma de vida de sus pueblos. Un rico patrimonio que debemos conocer y conservar La cultura de un pueblo en muchas ocasiones viene determinada por su entorno, por la naturaleza que le rodea. Tan sólo hay que tener en cuenta que los pueblos prehispánicos tenían en el sol o las estrellas a sus principales dioses. Pero existen otros muchos ejemplos, algunos mucho más cercanos. Quizás el más significativo, donde la naturaleza es una auténtica seña de identidad, está en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Un lugar en el que el agua ha marcado el devenir de sus habitantes.

El origen de este hecho viene determinado por las condiciones climáticas de esta comarca situada al norte de la provincia de Huelva, que suele contar con abundantes precipitaciones. La lluvia le ha aportado al paisaje una personalidad propia que se refleja en una vegetación abundante -con castañares, alcornocales y otros ejemplares como las encinas, entre otros-, así como una red hidrográfica superficial única, que otorga vida y, al mismo tiempo, imágenes de gran belleza en el discurrir del agua por valles y otros elementos topográficos.

Así ha sido estudiado por el Centro de Documentación del Instituto Andaluz de Patrimonio (IAPH) de la mano de Gema Carrera Díaz y Antonio Fajardo, del Instituto de Cartografía de Andalucía, que recogen cómo este recurso natural ha sido utilizado tradicionalmente por el hombre en la Sierra, dando lugar a modelos de explotación que “se han adaptado magníficamente a la vocación forestal y ganadera de los suelos y han dado origen a uno de los modelos de explotación mejor integrados ecológica y paisajísticamente en el medio: la dehesa”.

Pero si existe un símbolo de esa utilización del agua por el hombre en la comarca no cabe duda de que debemos hablar de las fuentes y manantiales que proliferan en los municipios serranos onubenses. Es el caso de la conocida Fuente de los Doce Caños de Fuenteheridos o la Fuente del Concejo en Aracena, con agua procedente de los lagos de la Gruta de las Maravillas, que fue utilizada desde la Edad Media por la comunidad judía asentada en el Barrio de San Pedro, por poner algunos ejemplos.

Unas fuentes que más allá de su belleza han venido cumpliendo una función fundamental en la vida de los serranos porque sus fines fueron el abastecimiento de agua de la población y el riego de huertos. Pero también existen otras estructuras destacadas, como los lavaderos y abrevaderos, sin olvidar los molinos, normalmente utilizados para la fabricación de pan (aunque existe una gran variedad de ellos), y las albercas o balsas.

Eso sí, de todas estas construcciones, las fuentes y manantiales parecen ser las más emblemáticas, simbolizando claramente la estrecha relación de agua, naturaleza y cultura en la Sierra onubense, suponiendo “un valor simbólico importantísimo como lugares de relación social, como enclaves de convivencia y lugar de encuentro, constituyendo verdaderas ágoras serranas de trabajo y de sociabilidad, ya sean de ámbito femenino (lavaderos), o masculinos (abrevaderos), o de la relación entre ambos”. Por todo ello, las fuentes, lavaderos, abrevaderos, molinos hidráulicos y demás construcciones vinculadas al uso del agua en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche constituyen un rico patrimonio que debemos conservar.

La red hidrográfica serrana está enmarcada, además, dentro del bosque de ribera, que aparece en la Rivera del Múrtiga, la Rivera de Huelva, la Rivera Caliente, el Arroyo Guijarra, la Rivera del Chanza y el Barranco del Colgadizo, espacios que el IAPH ha constatado que es ”refugio de una fauna rica en biodiversidad”.
En total, en la Sierra hay tres cuencas a las que vierten los cursos de agua de la comarca, “donde tienen origen la mayoría de los ríos de la provincia, como son la del Guadiana, la del Guadalquivir y, con menor entidad superficial, la del Odiel. Sus ríos ríos más representativos son el Múrtiga y el Chanza para la primera, el Rivera de Huelva para la del Guadalquivir y el río Odiel para esta última cuenca”, como apuntan Carrera y Fajardo.

Siendo así, históricamente, la Sierra ha tenido en el agua un elemento que lo ha definido desde el punto de vista económico, cultural y social de crucial importancia, configurando la forma de vida de sus habitantes, el paisaje e, incluso, sus fiestas. Para empezar, la ubicación de muchos de los núcleos urbanos de la comarca está determinada por los recursos hídricos subterráneos, abundando sobre todo en la zona centro-sur de la comarca.

Y, en este aspecto, debemos tener en cuenta otro artículo difundido por el IAPH, en esta ocasión realizado por Pedro A. Cantero, del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pablo de Olavide, sobre las fiestas marcadas por el agua en la Sierra. Un estudio que recoge cómo muchos de los rituales que forman parte de la tradición de la comarca tienen en el agua su razón de ser.
Quizás, una de las más evidentes la encontramos en la fiesta de ‘Los Jarritos’ de Galaroza, que se celebra cada 6 de septiembre, en los alrededores de la Fuente de los Doce Caños cuyo origen se encuentra en los cacharros que se compraban a los alfareros que pasaban camino del Santuario de Alájar con los que los mozos mojaban a las mozas con piporros. Así sucede también con ‘La Mojá’, que se celebra en Cumbres Mayores en la noche del 14 al 15 de septiembre.

De forma genérica, “los juegos de agua siguen latentes en el corazón de toda fiesta; ellos forman parte del protocolo o irrumpen desordenando una solemnidad innecesaria, rompiendo un aburrimiento incipiente o abriendo perspectivas lúdicas. Adultos y jóvenes echan mano del agua si se presenta la ocasión, pero son éstos a quien ella llama en prioridad, de ahí que las fiestas de juego y agua sean las particularmente atractivas para la juventud”, apunta Cantero.

Del mismo modo, muchas romerías se celebran alrededor de un manantial, sin olvidar las giras hacia las riveras para la Pascua, como sucede en Cortegana, Galaroza y El Repilado. Y muchas de las patronas y Vírgenes de la sierra están vinculadas al agua, como Carmen en Galaroza, la Reina de los Ángeles en Alájar, la Virgen de la Fuente en Fuenteheridos o la de Flores en Encinasola, entre otras.

En definitiva, como ha quedado demostrado, el agua sigue siendo hoy en día una seña de identidad de los 40. 000 habitantes que habitan en esta parte de Sierra Morena.  Aunque es cierto que con la vida actual se han cambiado muchos usos del agua, de ahí que sea necesaria una mayor concienciación de la población con respecto a su adecuada utilización, como ya apuntó en 2007 Vicente Roselló, entonces presidente de la Federación de Asociaciones de la Sierra de Huelva, durante la celebración de las Jornadas de Patrimonio de la Sierra de aquel año. Sirva, por tanto, este artículo para recordar y reconocer lo que tenemos para conservarlo

Sea como sea, con transformaciones o sin ellas, el poder del agua en la Sierra continúa invariable. Porque más que un recurso asociada a la vida, el agua en la Sierra es una forma de pensar y de comportamiento.
 
(Fuente: Huelva Buenas Noticias 17 de Abril de 2.014)


domingo, 20 de abril de 2014

Flores de la Sierra: Peonías


Paeonia broteri Boiss. & Reut. (1842)

Sinónimos:
Paeonia officinalis subsp broteri (Boiss. & Reut.) Rivas Goday & Borja
Paeonia broteri subsp ovatifolia Boiss. & Reut. (1842)
Paeonia lusitanica var ovatifolia (Boiss. & Reut.) Cout.

Nombres vernáculos:
(cast.) Peonia, Rosa alabardera, Rosa maldita, Saltaojos
(cat.) Peònia, Ampoina

Familia:
PAEONIACEAE – Peoniáceas

Floración: Abril a Junio

Ecología: Pastizales, prados, sotobosques de robledales, quejigares, encinares, alcornocales, pinsapares, pinares y bosques de ribera; también en canchales, gleras y pedregales. Indiferente al substrato se desarrolla sobre suelos profundos, ricos, pedregosos, de secos a temporalmente frescos, en lugares de plena luz a media sombra.

Rango altitudinal: 100 – 1.900 m.

Distribución: Endemismo ibérico. Aparece disperso por la mitad W (excepto el NW de Portugal, gran parte de Galicia y la Cornisa Cantábrica) y S de la Península Ibérica.

Observaciones: Se viene usando en jardinería como ornamental por la vistosidad de sus grandes flores.
Presenta algunas propiedades medicinales. Ha sido empleada como antiespasmódica, sedante y ocasionalmente contra las hemorroides. La infusión de flores y semillas puede provocar nauseas, cólicos y diarreas; a dosis elevadas puede resultar tóxica.

               Foto: Pilar Redondo)


Jornadas de Patrimonio. Visitas 2

También pudimos conocer la casa regionalista que está muy cerca del Ayuntamiento de Alájar. De ella, a parte de la conocida fachada, lo que más nos llamó la atención fue la montera del patio.


Jornadas de Patrimonio. Visitas

El pasado 13 de Abril, durante las jornadas de Patrimonio, visitamos la casa de Doña María de los Ángeles (que me perdone por no recordar sus apellidos) muy cerca del restaurante El Padrino. De su casa admiramos sobre todo su "media casa", esa alfombra de piedras blancas y negras que comunica la entrada con el patio, y el patio, que como podéis ver en las fotos estaba espléndido.






domingo, 6 de abril de 2014

TORRIJAS DE SEMANA SANTA

Ingredientes: 1 barra de pan de molde, 3/4 l. de aceite, ¾ l. de vino dulce o blanco fino con azúcar, 6 huevos, 1l. de miel y ½ vaso de agua.

Preparación:  Cortar la barra de pan en rebanadas de 2 cms de grosor. Preparar 2 recipientes, uno con los huevos batidos y otro con vino solo - si es dulce -, y con 6 cucharadas de azúcar - si es blanco -. Pasar las rebanadas por el vino, por el huevo batido y freír en aceite bien caliente hasta dorarlas. Enmelar pasándolas por la miel cuando ésta esté bien caliente pero sin llegar a hervir. Se aconseja añadir al litro de miel ½ vaso de agua para que no resulten muy pegajosas.
En lugar del vino puede usarse leche con una copita de coñac.

(Fuente: La cocina de Huelva de Remedios Rey y Bernardo Romero)

viernes, 4 de abril de 2014

Jornadas de Patrimonio en Alájar




Durante los próximos días 10, 11, 12, 13 y 14 de Abril se van a celebrar las XXIX Jornadas del Patrimonio de la Comarca de la Sierra en Alájar. Están programadas presentaciones de libros, rutas, exposiciones y comunicaciones que nos van a permitir conocer mucho mejor la zona. Si quieres más información consulta el programa completo.

La primavera vuelve a la aldea


Volvemos , como la primavera, con peor aspecto pero con ganas de retomar la historia de este blog que quiere ser el blog de la aldea. Por eso espero que os animéis a colaborar y entre todos podamos sacarlo adelante.