El ayuntamiento de Alájar ha sacado en la red un archivo con fotografías antiguas y modernas del pueblo, sus aldeas y sus fiestas. En el capítulo de las aldeas aparece El Collado. Es una buena idea que nosotros podríamos seguir, ya lo hablamos en una ocasión pero, como otras muchas cosas, dejamos caer en el olvido. Esta es una buena ocasión para retomarlo.
Os dejo el enlace
Archivo fotográfico de Alájar
Blog de la Asociación de Vecinos La Fuente del Llano
Blog de la asociación de vecinos La fuente del Llano.
La intención con la que nace este blog es la de conservar lo que aún no se perdió, la de intentar recuperar lo que ya perdimos, la de compartir lo que cada uno aprendió, la de trabajar para que lo que dejemos sea mucho más hermoso que lo que recibimos.
domingo, 16 de noviembre de 2014
lunes, 20 de octubre de 2014
Sábado verde
El sábado pasado echamos un ratito en el espacio que está a la entrada de la aldea. La intención era intentar
recuperar una zona que había quedado bastante desolada después de la intervención. Plantamos dos cipreses, un almuz, romero, lavanda, rosales, una hiedra y un aloe. Aunque en las fotografías no se aprecia bien la actuación esperamos que dentro de unos meses la nueva vegetación dé una hermosa bienvenida a propios y visitantes. Nuestro deseo es seguir llenado de verde este espacio.
recuperar una zona que había quedado bastante desolada después de la intervención. Plantamos dos cipreses, un almuz, romero, lavanda, rosales, una hiedra y un aloe. Aunque en las fotografías no se aprecia bien la actuación esperamos que dentro de unos meses la nueva vegetación dé una hermosa bienvenida a propios y visitantes. Nuestro deseo es seguir llenado de verde este espacio.
Más setas
Amanita Panterina (Muy tóxica)
Amanita phaloides (Muy tóxica)
Fotografías: Pilar Redondo
Fotografía: Antonio Benegassi
jueves, 2 de octubre de 2014
Llega el otoño
El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llama luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.
Ángel González
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llama luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.
Ángel González
domingo, 11 de mayo de 2014
Torta de los Ángeles
Ingredientes:
-
1Kg de manteca
-
1 Kg
de azúcar (reservar un poco para el final)
-
2 Kg
de harina.
-
Una cucharada de clavo
-
Una rama de canela (la molemos)
-
6 huevos (se separan cuatro claras para decorar)
-
Una copa de aguardiente
Elaboración:
Mezclamos todos los ingredientes, excepto la harina y lo que
hemos reservado.
Añadimos la harina poco a poco a la vez que la vamos
amasando (la masa debe quedar tierna).
Precalentamos el horno 200ºC .
Hacemos bolitas y las aplastamos con el pulpejo de la mano
para que quede una concavidad alargada.
Batimos las 4 claras a punto de nieve- Cogemos un poco con
el tenedor y lo ponemos encima.
Espolvoreamos con el azúcar que habíamos reservado.
Metemos en el horno a 200ºC hasta que cojan color.
(Fuente: XXIX Jornadas del Patrimonio de la Comarca de la Sierra )
Cruces de mayo en Huelva (II)
“En las cruces de mayo
de la provincia de Huelva observamos actos diversos dependiendo de cada
localidad, muchos de ellos relacionados con la decoración y el exorno de las
cruces, con el contacto con la naturaleza, con la exaltación de la mujer, con
propiciar el cortejo e interacción hombre-mujer, o bien actos de carácter
religioso. Los escenarios donde transcurre el ritual oscilan desde lo
exclusivamente urbano (como en Alosno) a traslados entre lo urbano y el entorno
rural circundante. En algunos lugares, la fiesta se desarrolla en las calles de
la localidad sin ninguna extensión fuera del núcleo urbano, o con salidas más
simbólicas que reales para "cortar el romero". Sin embargo, en otros
muchos casos, como en Almonaster y Berrocal, la fiesta incluye desplazamiento
fuera del área urbana, convivencia en el campo y alguna actividad que conlleve
un acercamiento a la naturaleza, como la "corta del romero", la
"traída de la chubarba" o la "corta de pinos". En Berrocal
también es especialmente significativo el protagonismo de las mulas con actos
como la exaltación de "las bestias", mientras que en Villalba del
Alcor destacan los "toros de cuerda". No obstante, caballos, bueyes y
mulas suelen estar presentes de un modo u otro en casi todas las cruces de
mayo.
En Bonares predominan
los actos en el contexto urbano aunque desde hace algunos años realizan el
denominado "romerito", a modo de romería en el campo. En La Palma y Paterna también
encontramos "romerito", pero posee más características de un desfile
urbano con caballería y carrozas. En todos los casos se observa un deambular de
gentes de un lado a otro de la localidad: recoger y acompañar a los mayordomos
(Almonaster), recoger y acompañar al mozo/a de la bandera y las "bestias"
(Berrocal), recoger y acompañar a los padrinos y las cruces (Bonares), recorrer
las "colás" o cruces en "reunión" (Alosno), integrar o
acompañar a los desfiles por las calle del pueblo (La Palma y Paterna). Según los
casos, los actos religiosos varían desde su total ausencia hasta adquirir un
importante peso festivo con misas, rosarios, procesiones, etc., en parte
dependiendo de las formas organizativas que en cada lugar se hayan establecido,
si hermandades o agrupaciones informales.
Aunque el elemento
central y que da nombre a la fiesta sea un símbolo netamente religioso, la
cruz, la intervención del clero en la toma de decisiones es escasa o nula. Los
mismos convecinos del pueblo actúan como agentes organizadores del ritual
festivo, lo cual se concreta en, al menos, dos formas de organización: un
asociacionismo de carácter formal, tipo hermandades y asociaciones culturales;
y un asociacionismo informal, mediante el agrupamiento vecinal y parental. Para
configurar el marco asociativo se utilizan diversas estrategias de agrupamiento
que corresponden a distintos niveles de institucionalización del ritual. El
nivel más primario es el agrupamiento informal y temporal de vecinos y
parientes, para montar y adornar la cruz y organizar las celebraciones, de
manera que el agrupamiento se disuelve una vez pasada la fiesta. Este
agrupamiento temporal y no formalizado suele ser más frecuente en las cruces de
mayo sin capillas permanentes o cuyas capillas están cerradas sin ninguna o muy
poca actividad en el resto del año. A veces, la organización se fundamenta en
la participación activa de muy pocas personas, con un importante protagonismo
de la mujer en los preparativos y decoración de las cruces. En el lado opuesto
está la configuración de asociaciones formalmente establecidas con organigrama,
estatutos, criterios de pertenencias, etc., como las hermandades canónicamente
erigidas. No obstante, el grado de institucionalización de estas entidades
puede fluctuar desde el cumplimiento estricto del régimen de funcionamiento establecido,
incluyendo la regulación de actividades relacionadas con el ritual festivo, al
mero reconocimiento del Obispado o del Ministerio del Interior siendo muy
flexible y espontáneo el funcionamiento cotidiano del grupo. Algunas
agrupaciones aún funcionando de manera informal, están registradas como
hermandades o asociaciones culturales para disponer de respaldo institucional y
beneficiarse de las ventajas que puedan obtener al ser declaradas de utilidad
pública.
En paralelo a los
agentes organizadores del ritual festivo, juntas de gobierno y directivas de
hermandades o asociaciones, se distinguen algunas personas como protagonistas
de la fiesta con cargos y títulos de carácter temporal que implican cierto
prestigio social, ocupando un lugar preferente en el escenario festivo. Las más
destacadas protagonistas de las cruces de mayo son las mujeres,
fundamentalmente jóvenes, así como la pareja hombre-mujer, siendo los criterios
de género y edad un marcador relevante del ritual. Acorde con los significados
simbólicos de las cruces de mayo referidos anteriormente (eclosión de la
primavera, fertilidad, exaltación de la naturaleza, floración, etc.), la mujer
adquiere un protagonismo generalizado mediante la concesión de determinados
títulos que adoptan distintas denominaciones según las localidades:
"reinas", "damas de honor", "romeras"… a veces
seguido de su pareja masculina: mayordoma/mayordomo, moza/mozo, hermana mayor/hermano
mayor, madrina/padrino, diputadas/diputados.
En principio, podríamos
suponer que estas jóvenes acceden a estos cargos por su belleza y cualidades
vinculadas al atractivo femenino, es por ello que se convierten en el centro de
atención y admiración. Pero en realidad, cada año, la selección no se realiza
según criterios de competencia, eligiendo la más bella y cualificada, sino por
orden según se hayan apuntando en un listado, o bien por sorteo, siendo la edad
el único requisito a tener en cuenta, y en algunos casos también la soltería.
En ocasiones, se duplican los cargos distinguiendo entre la joven adulta e
infantil (reina infantil, romera infantil, etc.), incluso algunas secuencias
rituales se repiten con los niños como protagonistas, lo que implica asegurar
la trasmisión de la tradición a las siguientes generaciones y afianzar los
valores asociados al ritual festivo. Frente al prestigio social que conlleva,
el título de reina, moza, romera, etc. ocasiona importantes gastos, sobre todo
en indumentaria, ya que el ritual exige distintos tipos de traje dependiendo de
la ocasión: de reina, de noche, de gala, de flamenca, de serrana, de blanco, de
mantilla… según los casos. La admiración aumenta en tanto mayor es la
originalidad y lujo de estos trajes. Asimismo son ellas quienes portan los
símbolos rituales dominantes (banderas, estandartes, varas), junto con sus
parejas masculinas, compartiendo actos de entregas y recogidas.
Con indumentaria
incluida, las cruces de mayo se destacan por una extraordinaria recreación
ornamental y estética, que proporciona al conjunto escénico gran riqueza y
colorido. Cada hermandad o agrupación procura resaltar su cruz sobre "la
otra" o el resto, realzando estéticamente todos los componentes de la
fiesta, la mayoría confeccionados y elaborados de manera artesanal y por los
propios miembros de la cruz. Así, la creatividad resulta un rasgo definitorio
de estas fiestas: las gentes, sin ser especialistas ni técnicos, inventan y
crean los principales elementos necesarios para la fiesta con especial énfasis
en la decoración de las cruces, las capillas, los escenarios del ritual o las
carrozas de los "romeritos". Esto reafirmar su carácter popular ya
que la gente necesita muy pocos objetos para organizar una cruz de mayo, y lo
poco que necesita puede ser conseguido y elaborado por ellos mismos, pudiendo
permanecer al margen de enseres, tallas e inmuebles de la Iglesia. No obstante,
con el tiempo y el aumento de las posibilidades económicas, muchos de estos
elementos, en principio de creación doméstica, han sido sustituidos por otros
comprados y realizados por especialistas, orfebres y bordadores.
La
creatividad en la recreación ornamental hace que se produzca una enorme
profusión estética y diversidad de formas entre los elementos que integran las
fiestas de las cruces de la provincia de Huelva. Esta diversidad se constata en
las propias cruces o maderos, sobre las encontramos una amplia variedad, tanto
en los materiales que la componen como en formas que adquieren. Hay cruces que
constituyen parte del mobiliario urbano, cruces de hierro forjado, de madera
policromada, de madera revestida en tela, de orfebrería en plata, de flores y
ramas, "cruces ramificadas" y "cruces arbóreas" hechas con
pequeñas flores y hojas plateadas y doradas. Sin embargo, algunos exornos y
detalles de las cruces suelen ser similares. El "sagrado madero", sin
la imagen de Cristo, siempre ocupa un lugar central de la estancia y suelen ser
el único elemento religioso visible. Frecuentemente incluyen símbolos tales como
el "INRI", las siglas "J.H.S.", signos de la Pasión , angelitos, uvas,
cálices, el Sagrado Corazón, flores y ramas. También se adornan con potencias,
sudarios (de distintos tipos), lazos, joyas, relicarios, cadenas,
incrustaciones de perlas, piedras preciosas, espejos, etc.; rodeadas de orlas
en forma de corazón o círculo con flores y ramas.
(Fuente: Rituales festivos y confrontación social. Cruces de mayo de la provincia de
Huelva, por Celeste Jiménez de Madariaga)
viernes, 9 de mayo de 2014
Cruces de mayo en Huelva (I)
“Las cruces de mayo es
una celebración festiva bastante extendida y generalizada en la órbita
cristiana, si bien adquiere gran diversidad en las formas en que se manifiesta,
siendo esa diversidad expresiva una de sus más valiosas características. En
general, podríamos definir este ritual festivo como un acto público de devoción
a la cruz, aunque las muestras de devoción varían: desde lugares donde la
celebración festiva incluye actos religiosos propios de la liturgia cristiana (misas
solemnes, rosarios, procesiones, etc.), a otros lugares donde sencillamente se
venera a la cruz ornamentándola no realizando ninguna otra práctica religiosa.
Asimismo, la vinculación con la
Iglesia de los organizadores y protagonistas de la fiesta varía
según se configuren en hermandades canónicamente erigidas con actuaciones más o
menos dependientes de sus sedes eclesiásticas, o bien sean grupos informales
creados para el ritual festivo con ninguno o escasos actos religiosos y,
consecuentemente, actuando con independencia de la Iglesia. Así pues,
aún cuando en principio consideremos las cruces de mayo un ritual festivo de
carácter religioso, las variaciones existentes nos hace matizar esa
interpretación y tener en cuenta sus posibles orígenes.
En todo caso, siempre
encontramos un elemento común en todas las fiestas: la presencia de la
"santa cruz" en la escena ritual, y siempre se trata de la cruz sin
la imagen de Cristo, nunca de un crucifijo. Este hecho enlaza con algunas
explicaciones que se han dado sobre sus orígenes. Según J. Caro Baroja, en
época precristiana estaba muy extendido el culto al árbol y fiestas en honor a
divinidades relacionadas con la exaltación de la naturaleza y las cosechas,
tales como la diosa romana Maia, de quien, para algunos, el mes adquiere su
nombre. Este parece ser el germen de dos prácticas rituales festivas. Una de
ellas es la colocación de un gran árbol, palo o mástil denominado
"mayo" en una plaza o lugar central público, decorado con cintas y flores,
en torno al que se baila, y utilizado a veces como cucaña y juego amatorio,
cuando los jóvenes entregan a sus enamoradas las prendas conseguidas al lograr
subir a lo más alto del palo. La otra práctica es el ceremonial de las
"mayas", muchachas elegidas por su belleza, ataviadas con
indumentaria exuberante en ocasiones entronada en un altar de manera
mayestática. M. García Fernández (2004: 32) cita un texto de Modesto Lafuente
de 1846, en el que se habla de las fiestas de las cruces en Madrid, haciendo
referencia a las "mayas" y censurando la proliferación de
"altarcillos improvisados, erigidos por profanas sacerdotisas". Con
la cristianización, se deduce que el árbol-mayo es sustituido por la cruz,
símbolo del cristianismo, al igual que la "maya" se aleja de consideraciones
paganas para ser una moza o reina que rende culto a la cruz.
La cruz como objeto de
devoción se remonta al supuesto hallazgo en el año 326 por santa Elena, madre
del emperador Constantino, de la "verdadera cruz" (vera cruz) en la
que fue crucificado Jesucristo. En el año 654, Recesvinto promulgaba la Lex romana visigothorum (que renovara Ervigio en 681), donde
ya se hace mención a la festividad de la cruz destacándola como una de las más
solemnes del año eclesiástico. Quizá el testimonio más antiguo que se conoce en
España lo encontramos en el Leccionario de Silos, fechado en torno al año 650,
donde se señala el dies
sanctae Crucis. El culto a la cruz fue difundido por los franciscanos en
Europa desde tiempos bajo medievales y dio lugar a la creación de rituales
específicos, al tiempo que surgieron hermandades de la vera cruz, que se
encuentran entre las más antiguas (Rodríguez Becerra 2004: 58). La fiesta
litúrgica de la "Invención de la santa Cruz" se ha celebrado en el
día de 3 de mayo, desde al menos el siglo VII que la fijara el Fuero juzgo, según la
tradición cristiana. Pero esta fiesta fue suprimida del calendario litúrgico en
la reforma llevada a cabo por Juan XXIII. En cambio, se mantiene la fiesta de
la "Exaltación de la santa Cruz" emplazada el 14 de septiembre,
mediante la que se conmemora la recuperación de la reliquia de la cruz por el
emperador Heraclio, tras el saqueo de Jerusalén por los persas a principios del
siglo VII; la iglesia católica aclama esta fiesta como la del "Triunfo de
la santa Cruz".
A pesar de su ausencia
en el calendario litúrgico, el día 3 de mayo se sigue celebrando en muchos
lugares como el "día de la cruz", haciéndose extensible a todo el
mes. El carácter popular y festero de las cruces de mayo contrasta con la
celebración más ceremonial, institucionalizada y puramente eclesiástica de
septiembre. En el mes de mayo, es el mismo pueblo quien mantiene y organiza
fiestas en torno a la cruz, cargadas de espontaneidad, entremezclando elementos
sagrados y profanos, y conservando sus connotaciones de exaltación de la
naturaleza, la floración, la renovación de la vida, la fertilidad y el amor. En
muchos casos, estas connotaciones fueron censuradas por la Iglesia que quedaba al
margen de los actos celebrados. La falta de control por las instituciones
religiosas y políticas, y el casi exclusivo protagonismo del pueblo ha
supuesto, entre otras cuestiones, dos consecuencias: las significativas
variaciones que se dan de unos lugares a otros, y la falta de documentación
sobre estas fiestas que en poco interesaba a la historiografía oficial, salvo
por la constancia de críticas e intentos de prohibiciones. Aún sin suficientes
datos históricos que acrediten sus orígenes y antigüedad, parece que la
celebración popular de la cruz de mayo, tal como hoy la conocemos, alcanzó su
máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX, aunque este vacío documental
haga plantearnos la posibilidad de que este ritual festivo existiera desde
antes. Difícilmente podemos constatar, también, sus posibles derivaciones de la
antigua veneración a la vera cruz y de las corporaciones piadosas y
penitenciales que entorno a ésta surgieron. Lo que está claro es que
constituyen dos formas de expresión de religiosidad distintas e incluso
opuestas: la cruz como símbolo penitencial y de muerte, es tratada como símbolo
de salvación y vida en las cruces de mayo.
Aún con dificultades
para determinar los orígenes en el tiempo de las cruces de mayo, en Andalucía
éstas sobresalen por ser una celebración festiva muy extendida por gran parte
del territorio andaluz, con destacados ejemplos tanto en pequeñas localidades
como en grandes enclaves urbanos: Lebrija, Córdoba, Granada, Puente Genil,
Añora, etc. Dependiendo del criterio que tomemos como referencia, podríamos
apuntar posibles tipologías tal y como señalan algunos autores que han tratado
estos rituales festivos (Rodríguez Becerra, Agudo Torrico). Si atendemos a los
modos de organización, podemos distinguir entre fiestas donde se acentúa el
carácter informal con especial protagonismo de las mujeres, y fiestas
articuladas entorno a hermandades y cofradías. También, en este sentido, se
distinguen las cruces de mayo protagonizadas por niños. Al tomar como
referencia los espacios donde se focaliza la celebración, podemos distinguir
entre las cruces que se instalan en estancias del interior de las casas y
patios, las cruces que se emplazan en espacios públicos como calles y plazas, y
las cruces ubicadas en capillas.
Pero si
las cruces de mayo han sido y son rituales festivos de larga trayectoria
histórica y de considerable presencia en el territorio español y andaluz, en el
caso de la provincia de Huelva adquieren una importancia particular, y esta
importancia deriva de múltiples razones: su generalidad, su amplia y abundante
extensión territorial, su singularidad, la riqueza de contenidos y elementos,
la tradición histórica, su popularidad y la relevancia de sus significados
simbólicos. Su interés alcanza el punto de ser consideradas un bien de carácter
etnológico de la provincia de Huelva y ser tenidas en cuenta para incluirse en
el Catálogo general del
patrimonio histórico andaluz. De hecho, en el año 2001, la delegación
provincial de Cultura de Huelva inició el proceso para proponer su inscripción,
un proceso que los avatares políticos lo han dejado estancado en el tiempo.
(Fuente: Rituales festivos y confrontación social. Cruces de mayo de la provincia de
Huelva, por Celeste Jiménez de Madariaga)
lunes, 21 de abril de 2014
La cultura del agua en la Sierra, una seña de identidad con personalidad propia
La vida de los serranos ha tenido en el agua un elemento de crucial importancia a nivel económico, cultural y social, como lo simbolizan lugares tan emblemáticos como sus fuentes, lavaderos o abrevaderos, pero también sus fiestas y la forma de vida de sus pueblos. Un rico patrimonio que debemos conocer y conservar La cultura de un pueblo en muchas ocasiones viene determinada por su entorno, por la naturaleza que le rodea. Tan sólo hay que tener en cuenta que los pueblos prehispánicos tenían en el sol o las estrellas a sus principales dioses. Pero existen otros muchos ejemplos, algunos mucho más cercanos. Quizás el más significativo, donde la naturaleza es una auténtica seña de identidad, está en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Un lugar en el que el agua ha marcado el devenir de sus habitantes.
El origen de
este hecho viene determinado por las condiciones climáticas de esta comarca
situada al norte de la provincia de Huelva, que suele contar con abundantes
precipitaciones. La lluvia le ha aportado al paisaje una personalidad
propia que se refleja en una vegetación abundante
-con castañares, alcornocales y otros ejemplares como las encinas,
entre otros-, así como una red hidrográfica superficial única, que
otorga vida y, al mismo tiempo, imágenes de gran belleza en el discurrir del
agua por valles y otros elementos topográficos.
Así ha sido
estudiado por el Centro de Documentación del Instituto Andaluz de Patrimonio
(IAPH) de la mano de Gema Carrera Díaz y Antonio Fajardo, del Instituto
de Cartografía de Andalucía, que recogen cómo este recurso natural ha sido
utilizado tradicionalmente por el hombre en la Sierra, dando lugar a modelos de
explotación que “se han adaptado magníficamente a la vocación forestal y
ganadera de los suelos y han dado origen a uno de los modelos de
explotación mejor integrados ecológica y paisajísticamente en el medio: la
dehesa”.
Pero si
existe un símbolo de esa utilización del agua por el hombre en la comarca no
cabe duda de que debemos hablar de las fuentes y manantiales que
proliferan en los municipios serranos onubenses. Es el caso de la conocida
Fuente de los Doce Caños de Fuenteheridos o la Fuente del
Concejo en Aracena, con agua procedente de los lagos de la Gruta de las
Maravillas, que fue utilizada desde la Edad Media por la
comunidad judía asentada en el Barrio de San Pedro, por poner algunos ejemplos.
Unas fuentes
que más allá de su belleza han venido cumpliendo una función fundamental en la
vida de los serranos porque sus fines fueron el abastecimiento de agua de la
población y el riego de huertos. Pero también existen otras estructuras
destacadas, como los lavaderos y abrevaderos, sin olvidar los
molinos, normalmente utilizados para la fabricación de pan (aunque existe
una gran variedad de ellos), y las albercas o balsas.
Eso sí, de
todas estas construcciones, las fuentes y manantiales parecen ser las más
emblemáticas, simbolizando claramente la estrecha relación de agua,
naturaleza y cultura en la Sierra onubense, suponiendo “un valor
simbólico importantísimo como lugares de relación social, como enclaves de
convivencia y lugar de encuentro, constituyendo verdaderas ágoras serranas
de trabajo y de sociabilidad, ya sean de ámbito femenino (lavaderos), o
masculinos (abrevaderos), o de la relación entre ambos”. Por todo ello, las
fuentes, lavaderos, abrevaderos, molinos hidráulicos y demás
construcciones vinculadas al uso del agua en la Sierra de Aracena y Picos
de Aroche constituyen un rico patrimonio que debemos conservar.
La red
hidrográfica serrana está enmarcada, además, dentro del bosque de ribera, que
aparece en la Rivera del Múrtiga, la Rivera de Huelva, la
Rivera Caliente, el Arroyo Guijarra, la Rivera del Chanza y el
Barranco del Colgadizo, espacios que el IAPH ha constatado que
es ”refugio de una fauna rica en biodiversidad”.
En total, en
la Sierra hay tres cuencas a las que vierten los cursos de agua de la
comarca, “donde tienen origen la mayoría de los ríos de la provincia, como
son la del Guadiana, la del Guadalquivir y, con menor entidad superficial,
la del Odiel. Sus ríos ríos más representativos son el Múrtiga y el
Chanza para la primera, el Rivera de Huelva para la del Guadalquivir y
el río Odiel para esta última cuenca”, como apuntan Carrera y Fajardo.
Siendo así,
históricamente, la Sierra ha tenido en el agua un elemento que lo ha
definido desde el punto de vista económico, cultural y social de
crucial importancia, configurando la forma de vida de sus habitantes, el
paisaje e, incluso, sus fiestas. Para empezar, la ubicación de muchos de los
núcleos urbanos de la comarca está determinada por los recursos hídricos
subterráneos, abundando sobre todo en la zona centro-sur de la comarca.
Y, en este
aspecto, debemos tener en cuenta otro artículo difundido por el IAPH, en esta
ocasión realizado por Pedro A. Cantero, del Departamento de
Ciencias Sociales de la Universidad Pablo de Olavide, sobre las fiestas
marcadas por el agua en la Sierra. Un estudio que recoge cómo muchos de los
rituales que forman parte de la tradición de la comarca tienen en el
agua su razón de ser.
Quizás, una
de las más evidentes la encontramos en la fiesta de ‘Los Jarritos’ de
Galaroza, que se celebra cada 6 de septiembre, en los alrededores de
la Fuente de los Doce Caños cuyo origen se encuentra en los cacharros que se
compraban a los alfareros que pasaban camino del Santuario de Alájar con
los que los mozos mojaban a las mozas con piporros. Así sucede también con ‘La Mojá’,
que se celebra en Cumbres Mayores en la noche del 14 al 15 de septiembre.
De forma
genérica, “los juegos de agua siguen latentes en el corazón de toda fiesta; ellos
forman parte del protocolo o irrumpen desordenando una solemnidad innecesaria,
rompiendo un aburrimiento incipiente o abriendo perspectivas lúdicas. Adultos y
jóvenes echan mano del agua si se presenta la ocasión, pero son éstos a quien
ella llama en prioridad, de ahí que las fiestas de juego y agua sean las
particularmente atractivas para la juventud”, apunta Cantero.
Del mismo
modo, muchas romerías se celebran alrededor de un manantial, sin
olvidar las giras hacia las riveras para la Pascua, como sucede
en Cortegana, Galaroza y El Repilado. Y muchas de las patronas y Vírgenes
de la sierra están vinculadas al agua, como Carmen en Galaroza, la Reina de
los Ángeles en Alájar, la Virgen de la Fuente en Fuenteheridos o la de
Flores en Encinasola, entre otras.
En
definitiva, como ha quedado demostrado, el agua sigue siendo hoy en día
una seña de identidad de los 40. 000 habitantes que habitan en esta parte de
Sierra Morena. Aunque es cierto que con la vida actual se han
cambiado muchos usos del agua, de ahí que sea necesaria una mayor
concienciación de la población con respecto a su adecuada utilización, como ya
apuntó en 2007 Vicente Roselló, entonces presidente de la Federación de
Asociaciones de la Sierra de Huelva, durante la celebración de las Jornadas de
Patrimonio de la Sierra de aquel año. Sirva, por tanto, este artículo para recordar
y reconocer lo que tenemos para conservarlo
Sea como sea, con transformaciones o sin ellas, el
poder del agua en la Sierra continúa invariable. Porque más que un recurso asociada a la vida, el agua
en la Sierra es una forma de pensar y de comportamiento.
(Fuente: Huelva Buenas
Noticias 17 de Abril de 2.014)
domingo, 20 de abril de 2014
Flores de la Sierra: Peonías
Paeonia broteri Boiss. & Reut. (1842)
Sinónimos:
Paeonia officinalis subsp broteri (Boiss.
& Reut.) Rivas Goday & Borja
Paeonia broteri subsp ovatifolia Boiss. &
Reut. (1842)
Paeonia lusitanica var ovatifolia (Boiss.
& Reut.) Cout.
Nombres vernáculos:
(cast.) Peonia, Rosa alabardera, Rosa maldita, Saltaojos
(cat.) Peònia, Ampoina
Familia:
PAEONIACEAE – Peoniáceas
Floración: Abril
a Junio
Ecología: Pastizales,
prados, sotobosques de robledales, quejigares, encinares, alcornocales,
pinsapares, pinares y bosques de ribera; también en canchales, gleras y
pedregales. Indiferente al substrato se desarrolla sobre suelos profundos,
ricos, pedregosos, de secos a temporalmente frescos, en lugares de plena luz a
media sombra.
Rango altitudinal: 100
– 1.900 m .
Distribución: Endemismo
ibérico. Aparece disperso por la mitad W (excepto el NW de Portugal, gran parte
de Galicia y la
Cornisa Cantábrica ) y S de la Península Ibérica.
Observaciones: Se
viene usando en jardinería como ornamental por la vistosidad de sus grandes
flores.
Presenta algunas propiedades medicinales. Ha sido empleada
como antiespasmódica, sedante y ocasionalmente contra las hemorroides. La
infusión de flores y semillas puede provocar nauseas, cólicos y diarreas; a
dosis elevadas puede resultar tóxica.
(Fuente: Texto: http://floressilvestresdelmediterraneo.blogspot.com.es/
Foto:
Pilar Redondo)
Jornadas de Patrimonio. Visitas 2
También pudimos conocer la casa regionalista que está muy cerca del Ayuntamiento de Alájar. De ella, a parte de la conocida fachada, lo que más nos llamó la atención fue la montera del patio.
Jornadas de Patrimonio. Visitas
El pasado 13 de Abril, durante las jornadas de Patrimonio, visitamos la casa de Doña María de los Ángeles (que me perdone por no recordar sus apellidos) muy cerca del restaurante El Padrino. De su casa admiramos sobre todo su "media casa", esa alfombra de piedras blancas y negras que comunica la entrada con el patio, y el patio, que como podéis ver en las fotos estaba espléndido.
domingo, 6 de abril de 2014
TORRIJAS DE SEMANA SANTA
Ingredientes: 1
barra de pan de molde, 3/4 l. de aceite, ¾ l. de vino dulce o blanco fino con azúcar, 6 huevos, 1l. de miel y ½ vaso de agua.
Preparación: Cortar
la barra de pan en rebanadas de 2 cms de grosor. Preparar 2 recipientes, uno con los huevos batidos y otro con vino solo - si es dulce -, y con 6 cucharadas de azúcar - si es blanco -. Pasar las rebanadas por el vino, por el huevo batido y freír en aceite bien caliente hasta dorarlas. Enmelar pasándolas por la miel cuando ésta esté bien caliente pero sin llegar a hervir. Se aconseja añadir al litro de miel ½ vaso de agua para que no resulten muy pegajosas.
En lugar del vino puede usarse
leche con una copita de coñac.
(Fuente: La cocina de
Huelva de Remedios Rey y Bernardo Romero)
viernes, 4 de abril de 2014
Jornadas de Patrimonio en Alájar
Durante los próximos días 10, 11, 12, 13 y 14 de Abril se van a celebrar las XXIX Jornadas del Patrimonio de la Comarca de la Sierra en Alájar. Están programadas presentaciones de libros, rutas, exposiciones y comunicaciones que nos van a permitir conocer mucho mejor la zona. Si quieres más información consulta el programa completo.
La primavera vuelve a la aldea
Volvemos , como la primavera, con peor aspecto pero con ganas de retomar la historia de este blog que quiere ser el blog de la aldea. Por eso espero que os animéis a colaborar y entre todos podamos sacarlo adelante.
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